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35 años de las Voyager: "Nunca habrá otra misión que nos enseñe tanto del Sistema Solar"

19.08.2012 21:06

Ed Stone, científico del proyecto, sintetiza su obra, a un mes de que la Voyager 2 llegue al espacio interestelar.

 

Su misión inicial era de cuatro años. Su destino: Júpiter. La sonda Voyager 2, lanzada el 20 de agosto de 1977, y la Voyager 1 (5 de septiembre de 1977) iniciaban un viaje para conocer el planeta más grande del Sistema Solar, pero también el más desconocido.

Fueron creadas bajo el programa Mariner, con los nombre de Mariner 11 y 12, pero el fin del proyecto obligó, hace a 40 años, a la Nasa a redibujar el plan, rebautizándolo como Voyager, ampliando su viaje a Saturno y extendiendo su vida útil en 12 años.

Para ello, la Nasa tuvo que equipar a las sondas con más y mejores antenas, capaces de percibir y enviar señales a la Tierra, las que conforme avanzaran se harían más débiles y lejanas.

Poco después, la agencia amplió aún más su programa, bautizándolo como Gran Tour y decidiendo que las naves pasarían también por Neptuno, Urano y Plutón (antes de perder su condición), los últimos planetas del Sistema Solar.

El tour estelar dio paso al maratón más largo de la historia espacial, el que mañana cumple 35 años y que en septiembre verá cómo la Voyager 1, a 18 mil millones de kilómetros de la Tierra, llegará donde ningún artefacto humano lo ha hecho: el espacio interestelar.

Grandes hallazgos

Para 1979, las Voyager ya alcanzaban Júpiter (donde sacó más de 19.000 fotografías) y en 1980 Saturno, donde

En 1986 llegaban a Urano, donde descubrieron que su

En 1989 alcanzaron Neptuno. En todos estos planetas obtuvieron imágenes, mediciones y datos inéditos, aunque fallaron en alcanzar Plutón.

Edward Stone forma parte de la misión desde su inicio. Ha vivido toda su metamorfosis y los esfuerzos por mantener las naves en rumbo. En sus 40 años en la Nasa, Stone ha sido testigo de grandes hitos, como la era de los transbordadores, la Estación Espacial Internacional e incluso estuvo a cargo de las misiones Pathfinder y Sojourner, rovers que llegaron a Marte. Pero, para el experto, la misión de la Voyager es la más importante de la ciencia espacial.

“Nunca habrá otra misión que nos haga aprender tanto del Sistema Solar”, dice a La Tercera, recordando, por ejemplo, que hasta las primeras imágenes enviadas de Júpiter se pensaba que la Tierra era el único planeta con actividad volcánica.

Gracias a las Voyager también se descubrió que había atmósferas con hidrógeno, como en Titán, una de las lunas de Saturno. “Aprendimos que el Sistema Solar es un lugar muy diverso”.

Fin del viaje

Pese a su exitoso peregrinar, las naves están llegando a su fin. “La Voyager 1 ya ha viajado más de 18 mil millones de kilómetros, el flujo de datos no sólo es débil, sino que la señal tarda 28 horas en ir y volver a la Tierra”, explica. Pese a que su batería es de plutonio (la misma que usa el Curiosity), en lugar de los inestables paneles solares, dejará de funcionar en 2025.

Sin embargo, según los últimos cálculos de la agencia, la Voyager 1 dejará el límite del Sistema Solar y se adentrará en el espacio interestelar en septiembre.

Stone explica que esto sólo se sabrá por el cambio de tres factores que la Voyager mide: las partículas cósmicas, que tratan de entrar a la heliosfera (la zona donde actúan los vientos solares, que son partículas de protones y electrones que emanan del Sol o de cualquier estrella), los rayos solares y el campo magnético del Sistema Solar, que le da rumbo a la nave.

Los dos primeros indicadores son los que hasta ahora han experimentado más cambios y los que hacen suponer que la nave se encuentra en una zona llamada heliopausa, la última frontera del Sistema Solar, donde los vientos solares chocan con los de la próxima estrella y marcan la frontera de nuestro sistema con el espacio interestelar.

Pero el tercer factor será clave, dice Stone, ya que mientras el campo magnético en la heliosfera es de este a oeste, fuera de esta es de norte a sur, lo que cambiaría su rumbo y permitiría saber con exactitud cuándo la nave abandonó el sistema.

Stone reconoce que nunca tuvieron una estimación de cuánto demoraría en llegar al límite, pues es una zona de la que no se conoce mucho. “Es una misión exploratoria con la que hemos ido aprendiendo con el tiempo, aunque siempre tuve la esperanza de que sería la primera nave interestelar”, concluye.


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