El Voyager sale fuera del sistema solar
Ya la humanidad tiene objetos tecnológicos a distancias realmente astronómicas y que siguen un viaje entre las estrellas en espera de toparse con alguna civilización
En lo que luce como un impresionante logro tecnológico y un verdadero hito histórico, la NASA informó que a fines de junio el Voyager 1 se puede considerar fuera del sistema solar, al no recibir ya partículas cargadas de nuestro Sol y, en cambio, registrar el bombardeo de rayos cósmicos de estrellas vecinas, o de supernovas explotadas hace tiempo. En efecto, la asombrosa sonda -lanzada hace más de 34 años desde Cabo Cañaveral- se encuentra a 18 millardos de kilómetros de la Tierra, viajando a más de 17 km por segundo gracias al impulso recibido durante su salida de la órbita terrestre, al no encontrar resistencia en el espacio interplanetario. Todavía le funcionan unos transmisores de baja potencia –alimentados por baterías muy duraderas- que sirven para enviar señales a su casa matriz, el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa en California, donde fue diseñado y armado, y de donde se monitorea su extenso viaje desde 1977. Sin embargo dejarán de operar sus diez instrumentos y equipos de transmisión en 2025, cuando sus baterías y paneles serán inservibles.
Así, el Voyager 1 se convirtió en el objeto más distante lanzado por el hombre, proeza que será igualada en pocos años por su sonda hermana, el Voyager 2, lanzado poco antes del 1, pero que se quedó atrás por haber seguido una trayectoria distinta y se encuentra ahora a menos de 15 millardos de kilómetros
(el Sol está a apenas 150 millones de kms.) Tampoco podrá alcanzarla la IBEX, la última sonda lanzada por la NASA en 2008 para estudiar el espacio interestelar, ya que viaja a una velocidad menor y sigue una órbita elíptica.
En su largo periplo las sondas Voyager proporcionaron a la humanidad las imágenes más espectaculares de Júpiter, Saturno y muchas de sus lunas, al pasar cerca de los planetas gigantes en 1980. Si no chocan con ningún objeto interestelar se espera que las dos Voyager seguirán camino al interior de la Vía Láctea, pasando entre nuestros vecinos estelares.
Al igual que se hizo con la nave tripulada Apolo 11 que arribó a la Luna en 1969, las Voyager llevan un disco magnético que contiene mensajes de la ONU y del presidente de los EEUU en la época de su lanzamiento, Jimmy Carter, además de imágenes fotográficas de la actividad humana y muestras culturales de música clásica y popular. Esto, en previsión de que los Voyager se topen con alguna civilización avanzada en su camino interestelar, algo muy poco probable en vista que casi todos los 800 exoplanetas divisados hasta ahora alrededor de estrellas cercanas, lucen gaseosos como Júpiter y tienen condiciones físicas extremas que harían imposible la vida orgánica.