Energía solar para lugares apartados de la electricidad convencional
Alberto Pedraza es un finquero que decidió alejarse de la energía tradicional.
Alberto Pedraza Riascos muestra el lugar preferido de su casa finca.
Es un salón amplio con cómodos sofás y un mueble que ocupa casi toda la pared, donde está un televisor LED de 55 pulgadas y un amplificador de 170 vatios. Hay cinco ventiladores, incluido uno de techo, y un aire acondicionado dañado.
Son las 9 de la mañana y afuera el cielo está despejado. En la pantalla del televisor, el dominicano Juan Luis Guerra canta La Bilirrubina y Pedraza le sube el volumen para probar la potencia del amplificador.
"Todo esto funciona con energía solar", dice este administrador de empresas de 48 años.
Hace tres años decidió instalar este sistema fotovoltaico que transforma los rayos solares en energía eléctrica en su vivienda, ubicada en la vereda Tigrera, en la vía que conduce al corregimiento de Minca, a 20 minutos en carro de Santa Marta.
Estaba cansado de los continuos apagones - llegó a durar una semana completa sin fluido eléctrico - y de pagar cuentas de hasta 400.000 pesos mensuales por el servicio de energía. Por eso, acudió a Sunpower de Colombia, empresa pionera en el suministro e instalación de energías alternativas en Santa Marta, y adquirió cuatro paneles solares de 135 vatios cada uno.
Inicialmente solo utilizaba la energía solar durante el día. "La usaba para las cosas más elementales, básicamente para iluminación y ver televisión. Me preocupaba que fallara el fluido eléctrico y quedarme sin hacer nada, no tener forma de entretenerme", dice Pedraza, quien desde hace dos meses se ilumina día y noche con este sistema después de un daño en la red eléctrica.
Era medianoche y el aire acondicionado dejó de funcionar. Aunque siguió durmiendo al día siguiente descubrió que el poste, el transformador y el cableado que suministraban electricidad a su casa se habían venido al piso y se vio obligado a depender totalmente de la energía solar.
"Ahí fue que me convencí que podía vivir únicamente con este sistema, que no requería de la red pública", asegura.
Hoy, en el techo de su casa hay 17 paneles solares y otros cuatro están en el balcón del segundo piso, que se encargan de convertir la radiación en energía eléctrica -producen 2.000 vatios-, que luego es almacenada en un banco de baterías para que pueda funcionar cuando oscurece.
Aunque la generación de electricidad con energía solar en el país ha estado siempre dirigida a las zonas rurales y de difícil acceso, en donde los altos costos originados por la instalación, operación y mantenimiento de la red convencional hacen que resulte más económico y confiable este sistema en el largo plazo, Pedraza considera que en las áreas urbanas también son una alternativa sobre todo para contribuir al cuidado del ambiente.
La energía solar es inagotable, renovable y su utilización es libre de contaminación. Además, produce un cambio en los hábitos de consumo y en la conciencia ambiental de las personas que la utilizan. "Hace que nos volvamos ahorradores y que sepamos el valor de producir energía", asegura Pedraza.
Así lo demuestran los cambios en su vivienda. Todos los bombillos son LED (de bajo consumo) y compró una nevera y un ventilador que también funcionan con paneles solares para que el sistema fotovoltaico tenga un mejor rendimiento.
De noche o en los días lluviosos cuando la producción disminuye ya no teme quedarse sin energía.
La carga del banco de baterías le dura 8 horas, lo suficiente para que al día siguiente cuando salga el sol vuelvan a recargarse.
Sistema gana más territorio serrano
En fincas y comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en donde llevar electricidad convencional es casi imposible debido a su lejanía y difíciles condiciones de acceso, la energía solar se ha convertido en una alternativa para cubrir necesidades básicas como iluminación, encender un radio, un televisor o recargar un celular.
Eduardo Orozco, gerente de Sunpower de Colombia, dijo que han instalado sistemas solares fotovoltaicos en comunidades que estaban en el siglo XVIII, alumbrándose con la luz de velas y donde ni siquiera sabían que era un abanico y mucho menos un computador. "Cuando estás en esas zonas te das cuenta del subdesarrollo del país", asegura. Actualmente, tienen un contrato con la Red de Productores Ecológicos de la Sierra Nevada (Ecolsierra) para instalar 26 plantas solares en igual número de fincas cafeteras.
Ahora le están apuntando a masificar estos sistemas en las zonas urbanas tal como ocurre en países como España, Alemania y Panamá, donde los usuarios además de autoabastecerse también le venden la energía extra que generan los paneles solares a la red convencional. No obstante, para que esto sea posible es necesario que exista una legislación al respecto, lo cual no ocurre en Colombia. "Si esto sucede todo el mundo va a querer tener un panel solar porque le generará ingresos adicionales y disminuirá el consumo", dijo Orozco.
Calentadores, con más uso
El calentamiento de agua para uso doméstico, industrial o recreacional es una de las aplicaciones más difundidas en Colombia de la energía solar.
Humberto Rodríguez Murcia, físico y experto, menciona en un artículo publicado en 2008 en la revista 'Ingeniería' de la Uniandes que los sistemas son usados en el país desde mediados del siglo pasado, cuando en Santa Marta fueron instalados en casas de empleados de las bananeras.
En la década del 70, la Universidad Industrial de Santander instaló calentadores israelíes para estudiar su comportamiento, y desde mediados de los 80 se masificó en barrios de Medellín y Bogotá.