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"Un alumno de colegio público puede trabajar en la NASA"

02.09.2012 22:40

Neil Armstrong puso sus pies en la Luna y este ingeniero informático de La Puebla del Río los puso en la NASA para trabajar, y lograr ser premiado, por sus aportaciones a un software sobre moléculas. Ahora trabaja desde España para la compañía norteamericana Lilly y anima a Sevilla a reinventarse como ciudad de la investigación.

 

Gerardo Puerta, en el Centro Ames de la NASA, en Moffett (California).

Gerardo Puerta, en Seattle, durante su periplo norteamericano como ingeniero informático.

ESTA sección dominical Son y están ha procurado durante las fechas más veraniegas y viajeras abrir su foco hacia la cada vez más nutrida Sevilla de la diáspora, compuesta por centenares de jóvenes brillantes con capacidad y profesionalidad para integrarse en empleos que requieren de alta cualificación. Han podido conocer a través de estas páginas a Fernando Lucas, integrado desde hace seis años en el CERN (Ginebra), el mayor centro científico de Europa. A Ana Ros, física investigadora en la Universidad de Hamburgo,elegida por las autoridades académicas germanas para estar en la cumbre anual con los Nobel que se celebra en Lindau. A Luis Robles, que trabaja desde hace diez años en la multinacional petroquímica Total, donde ha ascendido a mánager de desarrollo de nuevos biorcarburantes. Y hoy abrochamos la representación, durante el periodo estival, de esta Sevilla sin fronteras,con la trayectoria y las opiniones de Gerardo Puerta. Ingeniero informático nacido hace 30 años en La Puebla del Río. Hijo único de padre trabajador de la construcción y madre ama de casa. Soltero y sin hijos, con novia psicóloga y actriz. De él se sienten muy orgulloso en el campus de Reina Mercedes. Sobre todo en el Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos. No es fácil que un licenciado pueda esgrimir en su curriculum que ha trabajado un año(de febrero de 2009 a enero de 2010) en la NASA, la agencia espacial norteamericana. Y ahora lo hace en Madrid, desde mayo de 2010, para un gigante de la industria farmacéutica, la multinacional Lilly, donde cuenta con su apoyo para enriquecer su formación con un Executive MBA, para aunar su vertiente de investigador con la de gestor. 

-¿Dónde transcurrió su infancia y adolescencia?. 

-Me crié en La Puebla del Río, y allí viví hasta que me gradué. Estudié en el colegio San Sebastián y en el I.E.S. Alcaria de La Puebla del Río, ambos de enseñanza pública. Quiero poner en valor la educación pública en España. Hemos conseguido que un niño que estudie en un colegio público pueda llegar a trabajar, por ejemplo, en la NASA. 

-¿Recibió premios en su trayectoria universitaria en Sevilla? 

-No, mi expediente académico no fue extraordinario, estaba dentro de la media. Estudié una ingeniería porque facilitaría mi incorporación al mundo laboral, de entre todas, elegí Ingeniería informática por mi pasión por la innovación y las nuevas tecnologías. 

-¿Qué personas fueron decisivas en su desarrollo formativo y profesional? 

-Principalmente, mis padres han sido los pilares de mi formación personal. A su vez, Benjamin Martínez, Rafa Paradela, Manolo Olmedo y Pablo Morejón fueron claves en mi desarrollo profesional. Con ellos adquirí capacidades organizativas, de compromiso y sobre todo de trabajo en equipo, algo que es prioritario en los equipos multifuncionales de empresas multinacionales como en la que me encuentro actualmente. Por otro lado, los consejos y enseñanzas de mis profesores, Rafael Corchuelo y Fernando Caparrini, fueron fundamentales. A todos les estaré eternamente agradecido. 

-¿Cómo se le abrieron las puertas de la NASA? 

-El Ministerio de Educación y Ciencia me concedió una beca Integrants. Estas becas, de 6 meses, estaban dirigidas a titulados universitarios españoles para realizar prácticas en empresas de EE.UU y Canadá. Terminada la beca, la NASA decidió contratarme para continuar con el proyecto, pero cuando cumplí un año allí el Gobierno de España me obligó a volver, con la conocida "regla de los dos años", para evitar la llamada "fuga de cerebros". 

-¿Conoce en Sevilla a mucha gente con talento que haya preferido quedarse apegada al terruño, aun a costa de limitar su carrera profesional? 

-La mayoría, aunque últimamente estoy viendo cómo a algunos, muy a su pesar, no les está quedando más remedio que emigrar. 

-Háblenos de su experiencia en la NASA. 

-Estuve trabajando como corresponsable del desarrollo de una aplicación software para el Laboratorio de Astrofísica y Astroquímica del Centro Ames, en Moffett (California). En este laboratorio se estudian las propiedades físicas y químicas interestelares, así como de cometas, asteroides y planetas. La aplicación que desarrollamos permite interactuar y representar una enorme base de datos de moléculas PAH, consideradas las moléculas básicas del origen de vida. Gracias a esta aplicación, la comunidad científica dispone de una herramienta para comprobar sus observaciones, con el objetivo de encontrar vida en el Universo. La aplicación recibió el premio GAA de NASA a uno de los mejores proyectos del 2010. Mi paso por la NASA siempre será un referente en mi carrera. 

-¿Cómo surgió la oportunidad de incorporarse a una multinacional farmacéutica? 

-No estaba en mis planes, tras mi paso por NASA empecé a mover el curriculum pero sin buscar ninguna industria en concreto. Lo que sí me apetecía era cambiar y que la empresa fuera de ámbito internacional. De todas las ofertas, la que se me presentó en la industria farmacéutica me pareció la más interesante y la que se adaptaba más a mis capacidades. 

-Trabajar en España dentro de una multinacional, ¿es hoy en día sentirse en un oasis? 

-Ahora mismo, muy pocas multinacionales se encuentran en un oasis, la mayoría se están enfrentando a cambios y retos. Sí es cierto que, al ser una multinacional, tu mercado laboral es más amplio y por lo tanto no sólo dependemos de la evolución de España. La compañía a la que pertenezco destaca por mantener una cultura que valora la excelencia, integridad y respeto por las personas. Ha sido elegida por sus empleados como una de las mejores empresas del mundo para trabajar. 

-¿Cómo es su jornada laboral? 

-Aunque pertenezco al área de fábrica, donde se trabaja a tres turnos, mi horario es de oficina. Nos dan mucha flexibilidad y pocas veces tengo que llevarme trabajo a casa, aunque esto depende de la evolución de los proyectos. En momentos de mayor esfuerzo es donde se ve el compromiso de las personas. 

-Investigaciones como las que impulsa y coordina, ¿sería posible desarrollarlas desde el tejido empresarial de Andalucía? 

-Totalmente. En Andalucía hay talento de sobra para convertirse en una potencia en la investigación y desarrollo. Necesitamos que las personas que tienen la autoridad y el poder en nuestra región apuesten por ello. 

-Cuando está en Sevilla, ¿qué le llama más la atención? 

-La gente, nuestra forma de comunicarnos, de socializar. Sin duda, es lo que más echo de menos. 

-¿Qué cambios sugiere para un futuro mejor en Sevilla? 

-Sevilla necesita reinventarse a sí misma. El turismo es un sector muy importante para Sevilla, pero la innovación debe tenerse en cuenta como pieza clave para el desarrollo de la ciudad. Es así como se podrá estimular la entrada en nuevos mercados, proyectos e iniciativas que nos permitan alcanzar un bienestar mayor. Habremos alcanzado un futuro mejor cuando pasemos a convertirnos en una sociedad importadora de talento.